sábado, 9 de agosto de 2008

CALENTURAS DE VERANO

Os dejo a los amigos un pequeño cuento de verano para ver si os aumenta .
CALENTURAS DE VERANO

Como todos los veranos, el Mediterráneo nos ha llamado a mí y a toda la familia. Era uno de esos días en que el mar sólo se movía en la superficie, bailaba al son de unas olas largas, nada levantiscas, que sonaban lentas, espaciadas , rítmicas, y el mar se apretaba a la arena del fondo y de la playa , acoplándose , pegándose y balanceándose , excitado de sentirla debajo, inspirando pausadamente y expirando al final, siguiendo la cadencia de la música pelágica.
Como acostumbraba, bajé a la playa a primera hora y me tumbé directamente sobre la arena, cubierto el rostro por mi viejo e indefinible sombrero (veinte años ya conmigo). Todavía fresca la mañana, observaba, parapetado y oculto tras la paja trenzada, el paseo de los primeros pobladores de aquel desierto rodeado de cemento. Unos corrían, otros , mayores , andaban con dificultad incluso apoyándose en sus bastones, otras lo hacían a paso rápido charlando de cualquier cosa. Pero, hasta los que apenas podían andar, tenían prisa por llegar al final del recorrido, completar ese trabajo diario que se habían impuesto durante sus vacaciones y que para la salud de todos ellos era tan beneficioso.
Proyectaba mi mente, ya con los ojos cerrados, la imagen de aquella mujer, que me había perforado la cabeza y se había alojado permanentemente en mi cerebro. Desde que la conocí aquel día en la oficina compartía muchos momentos de mi intimidad e incluso de la de mi matrimonio. A veces no podía evitar su presencia mientras hacia el amor con mi mujer. No era que su ser invadiera el de María, se apoderara de su cuerpo y ocupara su lugar en los juegos amorosos, sino que estaba allí componiendo con nosotros un trío real e imaginario al mismo tiempo. Cuando sentía físicamente los labios femeninos oprimiendo , succionando, deslizándose por mi piel , no eran sólo los de María , que también , sino los que habían hecho presa en mi y no me habían soltado desde entonces. Cuando besaba, besaba a Maria, pero cuando descendía por el cuello apenas rozándolo, era el cuello de Isabel el que recorría. Y así sucesivamente se mezclaban sensaciones, sabores, flujos, que en mi cerebro los percibía causados por las dos.
La había visto en la cafetería tomando café alguna que otra vez y ya me había fijado en ella. Era alta, bastante mas que yo, pero esa circunstancia no iba a ser un obstáculo en mi apreciación de su belleza. Lo bello es bello, no es ni grande ni pequeño, ni alto ni bajo. Y era bella sin más. Pregunté a un compañero y me dijo que estaba casada y que era hija de un conocido personaje de mi pequeña ciudad. Pero el hecho de estar casada tampoco influía en su belleza. Bellas son las solteras y las casadas, las viudas y las divorciadas.
Por fin un día apareció en la oficina para resolver un pequeño problema burocrático. No puedo negar que entre la maraña de personas que esperaban entrar en mi despacho me dirigí a ella, le pregunté lo que quería, y la pasé directamente, acallando las pequeñas protestas de los demás con alguna razón inconsistente.
Caballerosamente le cedí el paso y se me ofreció unos segundos una nueva perspectiva de su físico en la que hasta entonces no había reparado. Su espalda recta, desnuda entre los tirantes de camiseta, suficientemente ancha en los hombros, descendía hasta la cintura breve pero consistente; las caderas y los muslos se adivinaban a través de la falda hippy transparente y larga que llevaba.
En la conversación, para mi banal, procuraba transmitirle todo lo que sentía en cada frase, en cada consejo, en cada recomendación, y a veces, cuando la miraba a los ojos e inflexionaba la voz en un aparente afán de hacerle comprender lo que le decía, me parecía que ella era consciente del torrente de deseo que le llegaba y lo recibía con complacencia.
La despedí amablemente y no la he vuelto a ver, pero se asoma con frecuencia a mis pensamientos y me acompaña en algunos momentos de mi vida.

4 comentarios:

mia dijo...

Y que real "puede" llegar a ser tu cuento lava... cuantos acompañantes llegamos a tener en nuestra vida, que jamás llegan ni a imaginar esa realidad...

Crees que en tu "cuento" podría llegar a saberse,si alguna vez llega a ser mutua esa relación??... no sé, pero me gustaría creer que pudiera ser... si,no estaría nada mal :)

lavabajillo dijo...

Efectivamente,a veces forman parte de nuestra vida personas que ni si quiera lo sospechan. Y efectivamente creo que esa situación puede ser recíproca.

Anónimo dijo...

bravo lava bravo...joder con los cuentecitos.....si, hablo en plural porque creo que el secretario del consejo de administracion de "Granada's Properties"...el que sale del mar en pelotas...y el que esta tumbado en la arena con su sombrero veinteañero..son el mismo personaje. Creo que estamos ante los primeros capitulos de una gran serie.Si esto es asi, y como estoy a tiempo, pues nada, pedir a la imaginacion del autor un desenlace FELIZ en su capitlo final....que quizas no lo haya..SOY ATALAYA...es que aun no he dado con la tecla para que salga mi nombre

lavabajillo dijo...

Atalaya: Llevas algo de razón el protagonista de esa serie de cuentos es el mismo. El mismo tipo de personaje, fruto de mi imaginación y de mis experiencias.